viernes, 24 de diciembre de 2010

Navidad?

El mundo cristiano y Occidente celebran el nacimiento de Cristo. De pequeño aprendí que él nació en la medianoche de un 24 de diciembre, hace 2010 años. Por entonces, bastaba con saber que la Navidad era una fecha mágica, precedida por múltiples preparativos: la construcción del nacimiento, con su pesebre instalado en una montaña de cartón piedra, con la vegetación de musgo trabajosamente recogido en montañas lejanas (hablo de la Navidad en Cusco, donde pasé mi infancia) y las imágenes en yeso del Niño Jesús, María y José, los pastores y los animales. Luego, la preparación de la carta, laboriosamente meditada, con los pedidos a Papa Noel, y la impaciencia por la cena familiar, para después ir a dormir en un estado de gozosa inquietud, esperando el nuevo día, que era el nuestro, el día de los niños.

Con los años, las cosas se complicaron. ¿Cómo explicarse el nacimiento de Cristo el 24 de diciembre, apenas 16 días después de la Inmaculada Concepción? Me di con la sorpresa que allí naufragaba la sabiduría de muchas personas cuyo criterio valoraba en alto grado. Por cierto, siendo Dios todopoderoso podía haber dispuesto así las cosas, pero, ¿acaso no insistían las fuentes sagradas en que Dios había escogido hacerse hombre para venir al mundo? ¿Por qué, entonces, violar de esa manera las leyes naturales? Alguien me dijo que ese era un dogma de fe, y como tal no debía discutirse, pero nadie supo decirme dónde constaba esto, como sucedía con otros dogmas, como el de la Santísima Trinidad. (Claro, tuvo que ser un amigo judío quien me sacara de mi ignorancia, enseñándome que la Inmaculada Concepción se refiere no a la concepción de de Jesús sino a la de María, y se trata de un dogma aprobado por la iglesia recién siglo XIX).
Mayor fue aún mi sorpresa cuando descubrí que ninguno de los evangelistas hablaba de la Navidad, y que en ninguna página de la Biblia figuraba la fecha del nacimiento de Cristo. ¿Por qué celebrarlo entonces el día 24 de diciembre?
Hablar del misterio de la Navidad no era ya, a estas alturas, aludir a la mágica fecha de mi infancia sino a un conjunto de enigmas dignos de una novela policial, de los cuales, por cierto, ya era el menor el de la existencia de Papa Noel.

Años después vine a saber que las primeras celebraciones de la Navidad documentadas datan del siglo IV, el de la declinación del imperio romano, y que el misterio del porqué se escogió el día 24 de diciembre estaba profundamente vinculado al de la celebración del día domingo como el Día del Señor.
Sucede que el cristianismo se convirtió en religión universal gracias a su adopción como religión oficial por el imperio romano, donde, como en toda sociedad basada en la agricultura, el calendario astronómico jugaba un rol capital. El 24 de diciembre los romanos celebraban el solsticio de invierno en el imperio; la fecha cuando, finalmente, luego de la noche más larga del año, triunfaba la luz y comenzaban a hacerse más cortas las noches y más largos los días. Hay que haber estado en Europa y ver los días que terminan hacia las cuatro de la tarde en invierno y se prolongan hasta las once de la noche en verano para comprender lo que esto significa.
Esa fecha era, pues, fundamental en el calendario de las fiestas religiosas precristianas en Roma; algo similar al Inti Raymi de los incas, la más importante festividad solar del hemisferio sur, celebrado el día 24 de junio, que corresponde a nuestro solsticio de invierno. Así, al extenderse el cristianismo disputando el espacio a las antiguas religiones superpuso su festividad más importante, el nacimiento de Dios, sobre los antiguos cultos solares. Lo mismo sucedió en la nominación de la semana con el día Domingo, que de Día del Sol se convirtió en Dominicus dies: el Día del Señor. Esta correspondencia aparece transparente en el inglés: Sunday, el Día del Sol.

Hubo una época cuando el festejo de los Reyes Magos (superpuesto sobre la conmemoración del solsticio en Egipto, el 6 de enero) fue la festividad dominante en el Perú. Mientras estuvimos bajo la égida cultural de España fueron los Reyes Magos los encargados de entregar regalos a los niños, como aún sucede en algunos países australes europeos y en algunos estratos sociales de países latinoamericanos menos penetrados culturalmente por los Estados Unidos, como Argentina y Uruguay. Dicho sea de paso, según la tradición, los Reyes Magos son originarios de Persia, lo cual algo ha de significar en el Mediterráneo, y sobre todo para un país como España, donde los musulmanes provenientes de Oriente dejaron una huella tan honda a lo largo de muchos siglos.
Pero cuando la influencia de la Europa mediterránea declinó y ascendió la de los países nórdicos en América Latina, gracias a la hegemonía de los anglosajones protestantes —ingleses primero y norteamericanos después— nuevos personajes y nuevos componentes de la tradición celta fueron incorporándose al imaginario navideño. El árbol de navidad, un pino tan nórdico como Santa Claus —ese gordo maravilloso vestido con invernales ropas rojas, proveniente del Polo Norte, que conduce por los cielos un trineo arrastrado por renos voladores— remplazó al pesebre del nacimiento. Se coló así en la fiesta un antiguo dios pagano del hogar, encargado de agasajar a los niños. Para entonces, la cena pascual se había poblado ya de esa formidable dieta invernal, rica en calorías, con todo y panetón con frutas secas y chocolate caliente, para combatir la inclemencia de un clima que (¡oh paradoja!) corresponde en estas tierras al calor del verano que comienza. Y así nuestras navidades se poblaron de pinos de plástico y nieve de algodón, conmemorando el nacimiento de un Dios hombre que llegó al mundo en el desértico territorio de la antigua Judea, donde no hay ni pinos, ni renos, ni (casi nunca) nieve.

El cristianismo consiguió imponerse en el mundo a costa de múltiples transacciones con las antiguas tradiciones locales. De allí el carácter sincrético de una Navidad a la que la iglesia ha tratado de darle un contenido unívoco: la conmemoración del nacimiento de un niño Dios que decidió venir al mundo para redimir a la humanidad de su culpa original. Aunque este mensaje suele hacerse borroso en medio de la superposición de íconos y símbolos encontrados que pueblan la festividad, hay un contenido que se ha hecho universal: la identidad entre la Navidad y la fiesta de los niños, la familia y la paz.
Más allá del mensaje particular de la festividad cristiana, estos motivos han hecho una fiesta ecuménica de la Navidad, celebrada inclusive por los no creyentes. Por eso la imagen de un desvalido niño Dios, nacido en medio de un comedero de animales (eso significa la palabra pesebre), seguirá cautivando la imaginación de los hombres. Y seguirá conmoviéndonos ese llamado a la paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad que un día de Navidad, durante la Primera Guerra Mundial, hiciera salir por unas horas de sus trincheras a millones de hombres hacia la tierra de nadie, para confraternizar con sus enemigos, desesperando a sus estados mayores, que tuvieron mucho trabajo para conseguir que las tropas volvieran a sus posiciones (recurrieron inclusive a bombardear a sus propios hombres), a proseguir la meticulosa matanza con que Europa celebraba su alta civilización.

Bueno, en lo que a mi respecta la navidad ya nunca volverá a ser como cuando yo era niño.

lunes, 15 de noviembre de 2010

yo tamb perdi mi bb

Plan H por la red encontré este artiCULITO bien vacan... aquí se los dejo, disfrútenlo:

Paso 1. El difícil pero milagroso estado offline.

Hace más de un mes perdí mi Blackberry. Después dos días de: “¿quién diablos es tan desalmado para robarme a mi mejor amigo del escritorio de la oficina?”, “¿por qué soy tan ridículamente despistada?” y “¿qué cosa señorita, reponer el mismo equipo cuesta 1,249 soles?”, decidí no comprar otro celular.

La vida sin celular, ¿es posible? Pues claro que sí. Y no solo es posible sino que además es un gran alivio. He vivido semanas en el oasis de paz de la incomunicación. No me malentiendan. Uno, tanta tranquilidad jamás hubiese sido posible sin tener acceso a Internet casi las 24 horas del día y dos, sé que eventualmente volveré a tener uno. Sin embargo, hasta ahora si no quiero contactarme con alguien, nadie se podrá contactar conmigo. Qué rico.

Hace poco rompí palitos con alguien y no tener celular fue una bendición de los dioses de la tecnología.

Reconozco que soy una experta en dar el primer paso (mi primer paso) para olvidar. Esto consiste en lo siguiente: deshacerme de todo aquello que me recuerde al pasado que se acaba de esfumar, que aún me mantenga unida a él o que juegue en contra de olvidar a paso de polka, es decir, lo más pronto posible. En la práctica esto significa botar a la basura ese polo que aún huele a él, romper fotos, borrar fotos (más de acuerdo a la era digital), exterminar todo tipo de recuerdos (la media que se olvidó, el CD con el soundtrack de la relación, su cepillo de dientes y esa caja de cereal de colores a medio comer que, por cierto, jamás será terminada) y lo más importante: bloquearlo y eliminarlo de los contactos de las cuentas de correo que tengo (las cinco), y por supuesto, de Facebook, Twitter, Skype, Flickr, Fotolog y y un largo etcétera auspiciado con toda esta nueva tecnología para “estar en contacto” siete días a la semana, 24 horas al día.

Pero claro, siempre está el tema del celular.

Si pienso en mis padres, o aún mejor, si pienso en mis abuelas y sus historias sobre cómo se enamoraron de mis abuelos (o el novio que tuvieron antes del abuelo), la conclusión es la misma: en esa época no había tanta tecnología a la mano. Cuando no existía el teléfono ¿qué hacían entonces los miembros del club del corazón partido por la mitad?, ¿se paraban a esperar al cartero?, ¿correr al telégrafo a ver si alguien les mando una disculpa en clave morse?, ¿miraban al cielo esperando a la paloma mensajera? El teléfono es indiscutiblemente un gran invento, sin embargo también es un arma letal para los que están siendo en este momento ametrallados por el desamor; porque lo primero que necesita alguien para olvidar es poner distancia entre tu corazón y el finadito. Sí, es lo último que queremos hacer, pero es indispensable. Y ojo, distancia no quiere decir: “no lo voy a llamar hoy, pero mañana que me sienta más fuerte lo voy a llamar para mandarlo al pozo de la miseria”. Si distancia es para algunas un día, serán clientes frecuentes y quizás socias vitalicias del pozo de la miseria (donde, por cierto, jamás verán a su ex ahí dentro por más que lo busquen). Ahora el primer paso de los adictos al amor de alguien que no te quiere no es sacarlo de tu mente, sino sacarlo del chip de tu celular y borrar ese mismo número de tu memoria.

Antes de convertirme en “The cleaner” (en jerga cinematográfica significa el trabajo de esos patas como Harvey Keitel en Pulp Fiction que se dedican a limpiar todas las huellas de un crimen), yo he cometido en el pasado todos y cada uno de los errores clásicos. Mi única tara, la que aún persiste, ha sido el celular.

Cuando he estado triste por alguien y he mirado al aparatito inalámbrico ese, lo he odiado más de una vez. No solo lo he odiado, lo he aborrecido. Una noche de autobomba en la que una vez más confirmé con la mirada que no tenía ni una llamada perdida -- no hablo de la época del terrorismo, sino cuando pensaba que podía hundir mis penas en un huaracazo de lo que sea que estuviese repleto de alcohol--, llame al ex y después de un timbrazo atendió la contestadora. Entonces colgué, lo tiré contra la pared (por eso anduvo una temporada vendado con masking tape) al mismo tiempo en que gritaba cual samurai: ¡ssshatumareeee!

Lo único que puedo decir después de esta pequeña y vergonzosa confesión es: NO LLAMAR. Nunca y por ningún motivo o circunstancia. Hay una poderosa razón que nadie se detiene a pensar: él no quiere que lo llames. Lo suyo ya se terminó, game over, the end, ces´t fini.

No llamar es estar OFFLINE. Desconectarte del ex de tu mundo virtual es permanecer OFFLINE. Ni tus amigos ni el mundo entero tienen que saber que estás haciendo llamados al destino vía Internet pidiendo otra oportunidad. Lo más seguro es que quedes en ridículo, que te hagas fama de estar chiflada y que él te elimine de sus contactos antes que tú lo elimines a él.

He visto con mis propios ojos el equivalente virtual al “estoy medio muerta en mi cama abrazada a un panetón viendo por decimotercera vez "El diario de Bridget Jones" y "El diario de Bridget Jones 2". Eso es la actualización progresiva, feroz de sus estados emocionales en Internet.

Estado en Facebook: esperando que alguien venga a rescatarme
Estado en Facebook después de cinco minutos: ¿dónde estás?
Estado en Facebook después de diez minutos: maldito seas
Estado en Facebook después de quince minutos: maldito sea el amor
...

Estado del Messenger: sola, ¡al fin!
Estado del Messenger después de 5 minutos: sola.
...

Estado del gchat: la soledad rockea
Estado del gchat a los 5 minutos: soledad de mierda.
Estado del gchat a los 10 minutos: te necesito.
Estado del gchat a los 15 minutos: llama, por favor.
...

Primer tweet de la noche: todo pasa por algo.
Segundo tweet de la noche: las personas que creen que todo pasa por algo son unas cojudas.
Decimoquinto tweet de la noche: ¿qué pasa si mezclo tequila con Fanta?
Trigésimo tweet de la noche: te extraño, 'Gatito'.

Hacerse la víctima por Internet puede causar severos daños a una autoestima grado cero. Y existe un alto riesgo de que la persona implicada, tus amigos o familiares puedan pensar que estás pasando por una etapa de insania mental.

Anexo para tercas (duchazo de agua fría en invierno).

-¿Qué pasa si él no sabe que soy yo la que llama? Soy muy viva y he puesto el ID de mi celular en “número no identificado”.
¿Crees que él no sabe que no eres tú la que llama y llama y no habla? No hay que ser un genio. Además, ¿no preferirías tener tu vida de vuelta que convertirte temporalmente en una operadora de telemarketing trabajando en triple turno?

-Él dijo que lo llame.
Eso se llama conciencia cochina, no interés y menos, amor. No importa que te haya dicho la popular palabrita: “ya hablamos” para evitar sentir la culpa de dejarte contra tu voluntad o que te llame para preguntarte si estás bien porque lo llamaste 14 veces a las 5 de la mañana.

-¿Y si tengo una razón importante, como llamarlo para devolverle su polo del Sport Boys (es su camiseta favorita y sé que la extraña)?
Esa no es una razón, esa es una excusa.

-¿Y si él me llama a mí?
Si has sido buena chica y no lo has llamado, pero una de cinco noches él te llama “para ver cómo estás”, cuando está en un bar con sus amigos y cuando se siente solo (eso tiene una fácil traducción: s-e-x-o).
Creo que todos nos merecemos alguien que nos llame a cualquier hora, no solo cuando está borracho, necesita subirse un poco el ego o tiene ganas de sexo con la ex. Como si separarse no fuera lo suficientemente tranca, algunos lo ponen aun más difícil de lo que es. Bueno, es hora de bloquear su número o cambiar el tuyo.

-Estaba acostumbrada a hablar con el todo el día, ahora lo extraño demasiado.
Bueno, eso es exactamente lo que uno siente cuando ya no está con alguien, no es nada del otro mundo, además ¿qué mejor cosa que llamar a alguien que en realidad quiere saber de ti? Los amigos están para eso, han firmado un acuerdo de estar ahí en las buenas y en las malas después de todo.

-¿Y si lo llamo para sentirme un poquito mejor?
Funciona igual que para los adictos. Te sientes un poquito mejor en pocos segundos, pero te sentirás como una gran basura patética unos minutos después. Es como un autogol, no te hagas eso.

Una cosa que me dijo una amiga muy sabia es esto: en vez de pasar el tiempo encerrada pensando en él, hacía cosas que eran mejores que llamarlo.

Yo he hecho mi lista.

1. Voy a ir al cine o a comprarme 10 DVD de películas que él jamás vería conmigo.
2. Voy a emborracharme con mi mejor amiga oyendo lo mejor de Smiths.
3. Voy a hacer algo que jamás haría, como comprarme un vestido rojo que he visto en una vitrina.
4. Voy a cortarme el cerquillo como el de Zooey Deschanel.
5. Voy a grabar un CD de pura música que me hace feliz.
6. Voy a preparar tallarines verdes con pollo al horno y los voy a comer en mi cama con una copa de vino viendo una película de terror.
7. Voy a llevar a mi madre a un lugar donde sé que va a ser feliz.
8. Voy a jugar a separar los animalitos feos de los bonitos con Catalina. Esa niña tiene una colección de animales de plástico realmente grande.
9. Voy a viajar sola lejos de aquí.
10. Voy a hacer algo que no he hecho nunca, como ir de paseo a un cementerio.
11. ¿Qué esperan para hacer su propia lista?

sábado, 22 de mayo de 2010

Amiga? yo no soy tu amiga¡¡¡¡

-¡Amiga! –llamó mi "amigo" inglés a la señora que atendía- ¿Puedes traer mostaza?

Yo sonreí, me contuve y al final me decidí a comentar:

-Se acaba de confirmar que en el Perú has parado sobre todo con sectores C y D.

-¿Cómo sabes?

Yo le expliqué que en los sectores A y B no es tan común llamar “amigo” a un mozo, pues implicaría establecer una relación horizontal o cercana, con alguien percibido como socialmente inferior. En el sector E tampoco es frecuente, porque nunca comen en restaurantes.

“Amigo” se emplea mucho en sectores populares limeños para dirigirse a un desconocido que por su juventud no merece el trato de “señor” y por su extracción social no merece el trato de “joven”. En algunas ciudades, se emplea prácticamente por todos los estratos sociales, acompañado de tú o de usted.

Si se dirige a una persona equivocada, esta palabra puede generar disgusto:

-¡Yo no soy tu amiga! –le respondió con frialdad una universitaria que conozco a una vendedora de Gamarra, que había osado espetar el consabido: “-¿Qué te ofrezco, amiga?”

Para personas como esta amiga mía, parte del encanto de Wong o Vivanda es que ningún empleado “igualado” emplea las expresiones usuales en los mercados: “amigo”, “casero”, “seño” o “señito”. En esos supermercados, los empleados se limitan a decir “señor”, “señorita” o “señora” o simplemente guardan silencio, como se espera de una sumisa trabajadora del hogar. Sólo cuando una verdadera trabajadora del hogar aparece en la sección carnes o embutidos, puede volverse a escuchar, pero despacio “-¿Qué te despacho, amiga?”.

Mientras amigo implica horizontalidad, joven revela la existencia de una relación jerárquica. Se trata de un término respetuoso (siempre acompañado por usted) dirigido a un varón no casado que tiene cierto poder (como una versión femenina de “señorita”). Por eso, las empleadas del hogar llamarán así al hijo de la familia donde trabajan, aunque sea mucho mayor que ellas (o les doble la edad, como sucede en mi caso). Sin embargo, también alguien que se considera en una situación social superior puede decir joven, como algunas mujeres de sectores altos y medios cuando al dirigirse a un mozo o un taxista.

Mientas joven es una palabra usada predominantemente por mujeres, entre varones existen diversas palabras (compadre, pata, socio, ‘on, flaco, broder, causa, cuñado, etc), que trascienden estratos sociales, carecen de connotación jerárquica y se usan entre conocidos o desconocidos, desde el emotivo“¡Tú eres mi pata!” hasta el indiferente: “Pregúntale al pata que atiende”. Maestro es la palabra que puede introducir una distancia, porque se usa con usted y la emplean las mujeres hacia un gasfitero o un electricista. Entre hombres, también suele tener un tono de falsa solemnidad.

A cierta edad, aparece el término hijito/a, normalmente para dirigirse a una persona más joven de condición social inferior. Lleva implícito el tuteo y suele encubrir un reproche: “¡Apúrate, hijita!”, aunque una señora más coloquial le dirá a su jardinero eficiente: “¡Te pasaste, hijito!”.

Los términos pueden cambiar con el tiempo. Por ejemplo, actualmente, sólo personas mayores llamarían “niña” a la cajera de una tienda. Otro cambio lo he visto en la última década en mi Universidad, donde los profesores hemos pasado de ser llamados “doctor” (tengamos o no Doctorado) a “profe” o, en el mejor de los casos “pro’sor” (aunque siempre de usted). Ahora sólo las secretarias y el personal de limpieza usan el “doctor”. En otra universidad, que prefiero no mencionar, algunas docentes se angustian al ser llamadas “Miss” por alumnos de colegios que tampoco quiero mencionar.

Últimamente algunos que pretenden ser progresistas llaman cholo a sus amigos (con el argumento que “todos los peruanos somos cholos”). Otros, más osados, recrean términos llamando a sus patas chicho o bróster.

En la vida cotidiana, uno puede pasar de ser señor a choche o de doctor a hijito en dos minutos, dependiendo de con quién esté alternando. A veces se produce en la misma persona un cambio abrupto, como sucede cuando un taxista empieza tuteándome y luego, por algo que dije (o por dejar propina) pasa al “señor”. Ocurre también a la manera inversa.

El problema con las expresiones coloquiales y el tuteo, es que muchas veces quien habla así con un desconocido pretende que le contesten de usted, estableciendo una relación vertical. Por eso yo prefiero decir “señor” y, cuando siento confianza con alguien como para tutearle, intento saber su nombre, sean alumnos, taxistas o colegas de la piscina. Por eso también, en la sierra, me resisto a mamita, papá o papacito lindo porque los siento como demasiado ambiguos, que se emplean tanto para señalar la superioridad o la inferioridad de una persona.

En una sociedad tan jerarquizada y discriminadora como la nuestra, aún las expresiones aparentemente horizontales pueden encubrir relaciones de poder

miércoles, 21 de abril de 2010

SE ACABO?

Articulo original: http://ow.ly/1BvFC

¿En qué momento se había jodido todo?, ¿a dónde se fueron las palabras de amor y los ruegos de Inés de "no me dejes nunca, por favor"? Martín no solo había perdido a su princesa. Con ella se le extravió la felicidad, se le congeló el amor, y en su alma se alojó una nostalgia que hasta hoy parece ser perpetua.

Martín era un muchacho soñador y noble que siempre se nutrió de libros, películas, y aprendió de canciones, de esas que abundan en Quilca. Inés se enamoró de él y de su mundo encantador. La envolvió en una realidad que ella siempre desconoció, la atrapó, la cautivó, y se convirtió en la mejor compañera que aún añora.

Jugaban a ser esposos, paseaban de la mano por el parque El Olivar, en San Isidro, donde él le confesaba que estaba orgulloso de tener como enamorada a la chica más linda de todas. Se entregaban a ese profundo deseo de estar desnudos amándose. Conversaban hasta el hartazgo de sus planes cuando vivieran juntos con hijos, muchos hijos, y sobre las historias de él cuando estudiaba en San Marcos y fundó la Trinchera Norte. Creo que la única competencia que tenía el amor de Inés era con la adorada U de Martín. También creo que después de Inés, él nunca más volvió a estar en la cama con una mujer a la que amara tanto como a ella. Sus nuevas relaciones solo servían para confirmar que, aunque sea muy viejito, siempre amaría a aquella princesa de los días gloriosos.

Cuánto hubiera querido Martín eternizar esos instantes al lado de su Inés, a la que una vez le regaló un polo en el que se leía: Te amo√-1 mi amor es irracional. Un poema de Luis Hernández.

Pero, vinieron tiempos difíciles, Inés cambió. En palablas de Pablo Milanés: el tiempo pasa y el amor no se refleja como ayer. Las conversaciones se convirtieron en discusiones y la distancia le declaró la guerra al amor de Inés y Martín. La sonrisa enamorada de ella se le desdibujó del rostro y el pequeño mundo que habían construído se desvaneció. Lo único que no cambió fue el amor imperecedero de Martín a su querida Inés.

Él cumplió la promesa, que se hizo asímismo, de no buscarla más, de no caminar por los lugares donde ella podía estar. Temía y, aún teme, encontrarla de la mano de otro hombre. De esa delicada mano que le regaló mil caricias mágicas de amor.

Nunca la olvidó, por el contrario, su recuerdo aún está tatuado en su corazón. Pero, no supo nunca más de Inés durante dos años.

Un día, de esos aciagos días que se convierten en imborrables, Martín miraba un partido de fútbol en la tele y sonó el teléfono.

-¿Aló?

-Hola, Martín. Soy Inés.

Martín tembló. Los latidos de su corazón se hacían más intensos.

-Estaba viendo el Mundial y me acordé de ti.

¿Es tan fácil llamar, después de tanto tiempo, sin pensar en que podemos moverle el piso a esa persona que nos esperó siempre?

Volvió a escuchar esa vocecita que tanto había extrañado en las eternas noches de soledad.Quería verla, amarla otra vez. Ir corriendo a sus brazos.

La conversación duró pocos minutos pero intercambiaron correos.

Martín corrió a contarme feliz el retorno de su antigua compañera, y llamó a la mejor amiga de Inés para que le diera señales del súbito retorno. Acaso, deseando que le respondiera: porque te ama y nunca se olivó de ti. Nadie la volvió amar como tú.

Pero recibió una dolorosa noticia.

Ví a Martín caminar hacia mí, temblando y con los ojos enrojecidos.

-Inés tiene un hijo de un año.

Se mordió el labio, cerró los ojos, y las lágrimas cayeron sobre su mejilla.

No sabía qué mierda decirle. Solo cogí su hombro fuertemente y lloré con él.

viernes, 12 de febrero de 2010

Las 10 palabras más utilizadas por las mujeres

Después de un largo tiempo de estudio ... mi investigación ha dado como resultado un listado de 10 palabras preferidas por ellas, nuestro sexo opuesto, que a continuación pongo a disposición de ustedes para mejor comprensión de este espécimen tan complejo aveces(las existen muy básicas también).

1.- BIEN:
Esta es la palabra que usan las mujeres para terminar una discusión cuando creen que
tienen la razón y el hombre tiene que quedarse callado.

2.- CINCO MINUTOS:
Si la mujer se esta vistiendo significa media 30/45 minutos aprox. Si el esta jugando
play station o haciendo cualquier otra cosa, significa que solo son 5 minutos.

3.- NADA:
La calma antes que la tempestad. Quiere decir algo y deberá estar alerta.
Discusiones que empiezan con NADA terminan con BIEN (ver el punto 1).

4.- HAS LO QUE QUIERAS:
Es un desafio, no un permiso. No lo hagas.

5.- GRAN SUSPIRO:
Es como una palabra pero no verbal, muy a menudo los hombres no lo saben interpretar.
Un GRAN SUSPIRO significa que ella piensa que eres un idiota y se pregunta porque esta perdiendo su tiempo peleando contigo y discutiendo sobre NADA (mira el punto 3).

6.- OK:
Es una de las palabras más peligrosas que una mujer puede decir a un hombre.
Significa que una mujer necesita pensar muy bien antes de decidir como y cuando
hacértelas pagar.

7.- GRACIAS:
Una mujer te agradece; no hagas muchas preguntas o no te desmayes, quiere solo darte las gracias (pero si dice MUCHAS GRACIAS es puro sarcasmo y no te esta dando las gracias de verdad).

8.- COMO QUIERAS:
Es le modo gentil de la mujer de decir ándate a la m...?!

9.- NO TE PREOCUPES QUE YO LO HAGO:
Otra frase peligrosa; significa que una mujer pidió a un hombre hacer algo varias veces pero se tuvo que dar por vencida y le toco hacerlo ella misma. Esto llevara al hombre a preguntar: ¿Pero que hice de malo? La respuesta de la mujer es el punto tres.

10.- ¿QUIEN ES?
Esta es solo una simple pregunta, pero recuerda que cada vez que una mujer te pregunta: ¿QUIEN ES? En realidad te esta preguntando: ¿QUIEN ES ESA? Y ¿QUE ES LO QUE
QUIERE CONTIGO???!!! mucho Ojo a lo que contestas.

martes, 12 de enero de 2010

El Peor post del 2009

Este país -ahora ya estoy seguro- fue diseñado y puesto en funcionamiento por una sociedad constituida por Aristófanes y Kafka. En realidad no es un país, es una suerte de patética tragicomedia o lúgubre "comotragedia". Como gusten. Simplemente revisen los luctuosos y recientes sucesos.

Luctuosos sucesos:- Si bien es cierto que todo lo que ocurre en esta desgraciada tierra es luctuoso (y no estoy hablando de fútbol, ¿ah?), hay hechos más fúnebres que otros. El último ha sido la matanza en la Selva, gracias a que chunchos de la edad preagrícola, ignorantes, primitivos y feroces, fueron azuzados por comunistas y sinvergüenzas que desean convertirlos en los "tontos estúpidos" que los elevarán a las alturas de un gobierno dictatorial, asesino y carnicero.

Para comenzar, no se atrevan a llamarme racista. Para racistas, los chunchos. Escuché las declaraciones de uno de ellos, masticando apenas el castellano, diciendo que habían muerto "cinco soldados, cuatro nativos y un mestizo" ¡Es decir! Ni los criadores de perros se atreverían a tanto. Recordemos también que el organismo ese, el Aidesep o como se llame, se considera "interétnico", o sea, interracial. Otro de estos paleolíticos mencionó la muerte de "tres nativos, cuatro soldados y un civil". ¿No es delicioso? Tal como lo sospechaba, ahora resulta que los chunchos (¡perdón! nativos) no son "civiles". Si alguien pretende enjuiciarme por mi supuesto "racismo", les advierto que ya lo intentaron los juliaqueños y se fueron de culo en la Fiscalía. En todo caso, también tendrían que enjuiciar a la Enciclopedia Universal Ilustrada, más conocida como Espasa, en cuyo tomo 17, página 702, dice a la letra: CHUNCHO, CHA. Adj. Indio salvaje que habita en los bosques del Amazonas. U.t.c.s.

De modo que ya lo saben. Para aquellos que aún consideran a estas "etnias" como grupos humanos de gentes "buenas", "ingenuas" y "candorosas", les recuerdo que fueron estas mismas las que perfeccionaron el arte de reducir las cabezas de sus enemigos y llevarlas en los cinturones de piel que sujetaban sus taparrabos. Con los congresistas van a fallar. Ya esas cabezas no pueden reducirse más. En todo caso, si los "nativos" no lo hicieron con los 25 policías que asesinaron y se comieron sus restos, fue solamente por falta de tiempo.

Además, estos chunchos -a los que he visto luciendo camisitas Lacoste y politos bien fichos, así como zapatillas Adidas- se niegan a que se explote el petróleo -que es propiedad de todos los peruanos- que ellos alegan se halla en "su" territorio. ¡Vaya concha! Tampoco atracan con la explotación maderera racional y por la misma razón. Y para remate, no quieren pagar impuestos. ¡Perfecto! ¿Cómo creen, infelices asesinos de policías, que funcionan las fábricas cuyos productos ustedes llevan encima? ¿Con agüita? ¿Cómo creen que se fabrican las medicinas y hospitales que ustedes reclaman gratuitamente? En lo que a mí concierne... ¡váyanse a la mismísima, taparrabos y todo!

Y no menciono los motivos de "cosmovisión", que ahora esos mismos chunchos sacan a relucir a cada rato. Apenas chancan el castellano, sus lenguas nativas no pasan de ochenta vocablos ¿y ya mastican el concepto de "cosmovisión" que todos los demás peruanos debemos respetar? ¿Y me vienen con que no hay "progresistas" y humalientos detrás de todo esto?

Estoy organizando una protesta seguida de una matanza de policías en Arequipa. Por si no lo saben, según la "cosmovisión" de nosotros los arequipeños, se debe capar a todos los moqueguanos y tumbesinos que habiten en "nuestro" territorio, el "gobierno de turno" debe respetar nuestra cosmologobiología.

También he escuchado a dirigentes -los más tranquilos- que "exigen" dialogar. ¡Por qué, carajo! ¿Por qué se debe "consultar" con esas etnias que ya eligieron en las últimas elecciones generales a las autoridades que ahora dictan las leyes? ¿Los "Malditos del Cono Norte" también exigirán diálogo para derogar el Código Penal?

Y no menciono a las tres "personas nativas con rasgos étnicos definidos" (definición oficial de "indio", ojo, para evitar "racismos"), a las tres vedettes de la cloaca parlamentaria que ahora están haciendo un carnaval puneño en pleno hemiciclo. Me refiero a las congresistas que creo se apellidan Supaypahuahua, Cachachanca y Hatunracca. Les ruego me disculpen, pero tengo poca capacidad retentiva de nombres y no hablo una sola sílaba de quechua o aymara (O huitoto, o mayoruna, o jíbaro o aguaruna, para el caso).

Pero a todo esto, ¿existe aún un solo peruano que no se haya percatado que detrás de todo este chongo selvático está el excremento comunista, y las deposiciones humalientas dispuestas a echar al actual gobierno e instaurar por la fuerza la República Bolivariana Socialista del Perú? ¿Alguien duda aún que detrás de todo esto está la cacaneta con orejas ("chávez" que le dicen), moviendo los hilos de Ollantita, el polichinela 2? ¿Y han visto al triste y olvidado oportunista, Javier Diez Canseco, haciendo barra por los aguarunas? El hombre está -literalmente- bailando en una pata. Lo único que sienten éstos es que hayan habido más policías muertos que chunchos. Esto no les sirve.

¿Quiénes creen que adoctrinaron a ese seudonativo chuncho, el del ridículo sombrerito de plumas, para que organizara toda la matanza y que luego huyó por los techos como la rata que es (que me disculpen las ratas por la comparación)? Y para remate, con la ayuda de las Huarilloccllas y las Choquecallatas del Parlamento, las que deben ser engrilletadas y arrojadas a la mazmorra más fría y húmeda de Lurigancho.

Y para desgracia nuestra, todo esto tiene para largo... para muy largo. No sé qué espera Alan que no prepara a su FAP con todo el napalm necesario.

Hasta más vernos.

NOTA: Sigo esperando a que los congresistas honestos me hagan llegar la oposición que hicieron al aumento de dos mil y pico de soles en sus sueldos.

lunes, 11 de enero de 2010

ALGUNA VEZ AMASTE EN SERIO A UNA MUJER ?

Un asiduo lector(a) de este espacio, me envio hace unos minutos un comentario que a la letra reza así:

"Te contare mi estimado amigo que me he pasado casi toda la noche leyengo todos los temas que has colocado y me he dado cuenta que la mayoria es de chicas,algo de desamor,infidelidad y esas cosas, los primeros temas estaban mejores pero como se ve que te gustan estos temas te dejo uno para que lo metides y hagos un super comentario como los demás

ALGUNA VEZ AMASTE EN SERIO A UNA MUJER ?"


Waooo, que tal pregunta.

Si me encontrara con un desconocido(a) (anónimo), y este(a) me hiciera una interrogante tan intima como esta; sin dudarlo le respondería: "y a ti que chu". Pero en honor a la verdad, con lo que en realidad quiero decir: EN HONOR A MI VERDAD, si este fugaz desconocido(a) no fuese TAN desconocido(a) ¡NO SABRÍA QUE RESPONDER¡.

Lo mas probable es que medite un momento y trate de llevar la pregunta por el "lado amable", es decir trate de distraer la situación tan incomada en la que nos pone una pregunta de este calibre; probablemente diga algo como esto: " Enserio?, no; NUNCA.. siempre las ame de juguete- asumiendo que el enserio al que te refieres sea sinónimo de "DE VERDAD" y no sea sinónimo de "A LA FIRME" , "A LA BUENA", "CON EL BOBO"..."

O quizá simplemente responda: "A una mujer jamas¡¡¡... a un varón si"; existen mil respuestas como estas con las que uno puede calmar los cuestionamientos tan imprudentes de otros.

Pero si en este momento de mi vida alguien conocido me pregunta: ALGUNA VEZ AMASTE EN SERIO A UNA MUJER ?; con la mayor sinceridad del mundo le diría: " ¿Ame?, no lo se; capaz si capaz no.. de lo que si estoy seguro es que ahora, hoy día, en este instante siento que AMO enserio o mejor dicho siento que amo con el bobo o para expresarlo mejor diría siento que amo a la buena a la merfi a UNA MUJER"

Y uds. estimados lectores (as); ¿como responderían a una pregunta así; claro que respetando las diferencias de genero?.