jueves, 31 de julio de 2008

EN LO MISMO


NO es Alan Damian quien lo dice, es el Banco Mundial quien atribuye a los biocombustibles la mayor parte del alza de los alimentos; pocos saben que, a pesar de que comenzaron a atraer la atención de la prensa hace sólo tres años, la presencia de los biocombustibles en la industria energética data desde principios de siglo, cuando Henry Ford y Rudolph Diesel diseñaron autos para funcionar con bioenergía y países como Inglaterra y Alemania se encargaron de comercializar una mezcla de petróleo y biocombustible antes del comienzo de la Segunda Guera Mundial.
Pero antecedentes como estos, que parecen tan anecdóticos, son sólo el punto de partida de un complejo escenario energético que los tiene como protagonistas de una historia en la que no figuran precisamente como “los héroes”. Al menos esta es la conclusión que se desprende del estudio del Banco Mundial (BM) “A Note on Rising Food Prices” (“Un apunte acerca de los crecientes precios de los alimentos”). El análisis, dirigido por el economista Don Mitchell, establece que entre un 70% y un 75% del incremento de precios de las materias primas alimentarias tiene como causa directa la producción de biocombustibles y está vinculado a las bajas existencias de granos a actividades especulativas y a vedas a la exportación de alimentos.
En cuanto al 25% de las causas restantes, estas responderían a un dólar debilitado y a los mayores costos de la energía, así como de los fertilizantes y el transporte, agrega Mitchell. Una copia incompleta de la investigación que apareció en notas de la prensa despertó un debate candente previamente en julio porque indicaba un impacto mayor de los biocombustibles -biodiésel y bioetanol– en los crecientes precios de los alimentos que la mayoría de las otras estimaciones.
"Los grandes aumentos de la producción de biocombustibles en Estados Unidos y en la Unión Europea fueron respaldados por subsidios, leyes y aranceles a las importaciones," afirmó Mitchell en la investigación que estudia la rápida escalada de los precios de los alimentos registrada desde 2002. "Sin esas políticas, la producción de biocombustibles habría sido menor y los incrementos de los precios de las materias primas alimentarias habrían sido más pequeños," añadió.
Mitchell, ampliamente respetado por su trabajo en políticas agrícolas globales, sostuvo que las políticas de biocombustibles que alientan la producción subsidiada necesitan ser reconsideradas. El analista dijo que el incremento en el consumo de granos en los países en desarrollo era moderado y que no generaba los grandes aumentos de los precios.
De hecho, el alza en el consumo global de granos correspondiente al período 2000-2007 (y que excluye la producción de biocombustibles) fue de sólo 1,7% anual, mientras que los rendimientos crecieron en un 1,3% y la superficie cultivada aumentó en un 0,4%, lo que habría mantenido a la oferta y la demanda global en un equilibrio aproximado, explicó Mitchell.
Etanol brasileño, libre de culpa. En el análisis del BM se consigna que cerca del 7% de la oferta mundial de aceite vegetal fue destinada a producir biodiésel en 2007 y que un tercio del aumento en el consumo de aceites vegetales entre 2004 y 2007 fue provocado por la producción de biodiésel. De hecho, el uso de aceite vegetal para fines industriales aumentó en 15% entre 2004 y 2007, comparado con apenas un 4,2% de aumento en el uso de aceite vegetal como alimento.
Pero a diferencia del biodiésel (producido precisamente a partir de aceites vegetales), el bioetanol (producido a partir de caña de azúcar) no ha contribuido considerablemente al reciente aumento en los precios de los alimentos, dice el estudio del BM. El organismo financiero libera de culpa especialmente al etanol brasileño porque “mientras la producción de caña de azúcar en el país sudamericano aumentó de 17,1 millones de toneladas en 2000 a 32,1 millones de toneladas en 2007, las exportaciones de caña de azúcar brasileñas registraron un alza desde 7,7 millones de toneladas en 2000 a 20,6 millones de toneladas en 2007”.
Como consecuencia de este aumento en sus exportaciones de caña de azúcar, Brasil ha aumentado su cuota de mercado en las exportaciones mundiales de caña de azúcar desde 20% en 2000 a 40% en 2007 y “esta tendencia ha permitido sólo pequeñas alzas en los precios de la caña de azúcar a nivel mundial”, establece el estudio del BM.
Pero la situación del etanol proveniente de caña de azúcar brasileña es sólo la excepción a la regla, asegura la investigación del economista Donald Mitchell. En el mediano plazo, la expectativa es que “los precios de los alimentos continúen en alza, a menos que las cosechas de granos también aumenten y eso sólo se sabrá con claridad a comienzos de octubre, cuando termine el verano en el hemisferio norte”.
En todo caso, algunos esfuerzos ya se ven en el horizonte y, entre ellos, el Banco Mundial destaca el intento de agricultores estadounidenses y europeos por sembrar más plantaciones de soja, menos de maíz y por aumentar las plantaciones de trigo entre 2008 y 2009, como una forma de paliar los altos precios de los alimentos, los altos costos de las cosechas y una necesaria alternancia en los cultivos para evitar que que la oferta de alimentos no se agote.

2 comentarios:

Julio E. Sobenes Ortiz dijo...

Excelente artículo Enrique. Sólo hay dos cosas que me parecen interesante mencionar:
1ro. Cierto que la crisis enérgetica, que en cierta medida afecta el proceso inflacionario mundial, esta siendo producida por factores relacionados a las necesidades enegéticas de los países. Pero a este respecto despues de tu alentadora descripción del problema, sería interesante plantear una solución. te recomendaría la lectura de el discurso de la Presidenta de Argentina en la última conferencia de la FAO.
2do. La utilización de recursos del Estado para subsidiar el petroleo nacional es el que genera que la inflación del gobierno García sea pequeña, pero como todos sabemas la suba de precios en los productos de pan llevar es significativa. Por lo tanto: ¿no crees que sería mejor que en lugar de subsidiar combustibles subsidiemos laiemntos?. De esta manera realemnte incluso Gacía podría tirar la culpa de la pobreza a los precios itnernacionales del combustible. Y aún asi estos siguiesen aumentando podrían las clases desprotegidas no verse tan desfavorecidas.

Un excelente artículo que se merece mi más sincera felicitación.

Tu Amigo

Julio

Kike Silva dijo...

Agardezco la felicitacion Julio. tus comentarios los tendre en cuenta.